Las puertas son uno de los elementos fundamentales que hay que tener en cuenta a la hora de mejorar el aislamiento de la vivienda. Estos elementos suponen zonas críticas de pérdida de energía por las que se filtra la temperatura constantemente. Resulta sorprendente cuánto pueden mejorar los indicadores ecológicos con un correcto aislamiento térmico, puesto que el calor necesario para atemperar el hogar es inversamente proporcional a la eficiencia energética. Por ello, tomar medidas para mejorar la eficiencia energética en las puertas frente a las altas y bajas temperaturas es mucho más económico y efectivo que ampliar las capacidades de calefacción o refrigeración.
¿Cómo se escapan el calor, la energía y el dinero del hogar?
Los puntos de pérdida de temperatura más importantes son las superficies de la casa. ¿Dónde exactamente? Algunas estimaciones coinciden en que:
- Un 30 % del calor o el frío se pierde por un aislamiento térmico inadecuado. Resultan de especial relevancia las áreas circundantes a las puertas, pues, en algunos casos, concentran la mayor fuga de temperatura.
- El 13 % del calor hogareño durante el invierno se escapa a través de portezuelas. No obstante, en ocasiones puede llegar a representar el 68 % de la pérdida. Esta cifra es la más fácil y económica de mejorar, porque implica reformas más modestas en las que solo es necesario cambiar las puertas por otras de mejor calidad.
- Las aberturas a las que hay que prestar mayor atención son las que dan al exterior. Sin embargo, las puertas de las habitaciones también pueden ser un punto crítico si se quiere preservar caliente la habitación. Por supuesto, no hay que descuidar las salidas al jardín o a patios internos, dado que pueden marcar una diferencia de hasta 3 grados en el interior del hogar.
¿Cómo identificar fugas de temperatura en puertas de negocios y casas?
El paso más relevante para mejorar la eficiencia energética en las puertas es identificar los llamados puentes térmicos – en Provaiser hemos hablado en profundidad de este tema en más de una ocasión -. Estos se definen como puntos críticos para el manejo de la temperatura en el entorno, por ejemplo, las zonas de entrada y de salida. Algunas señales evidentes de fugas de calor o frío son las siguientes:
- Portones que no encajan bien en su marco: Esto puede parecer un desperfecto menor, pero la realidad es que es un caudal de temperatura y dinero.
- Puertas demasiado delgadas: El grosor o un material inadecuado repercutirán de forma decisiva en la cantidad de energía empleada para calentarse o enfriarse. Una puerta gruesa y fabricada en materiales de calidad evitará la entrada de frío o calor desde el exterior.
- Una abertura demasiado amplia en su zona inferior: Si bien en verano esto puede resultar una ventaja, durante el invierno servirá de escapatoria para el preciado aire caliente. Te recomendamos instalar un burlete que limite la abertura inferior para controlar los cambios de temperatura.
¿Qué hacer para mejorar la eficiencia energética en las puertas?
Ya sea por el frío, el calor o incluso el ruido, es indispensable contar con un aislamiento térmico a punto. Estas son algunas recomendaciones:
- Instalar burletes: Este sencillo implemento, de entre 3 y 7 mm de grosor, es un increíble aliado. Es fácil de colocar y puede suponer una reducción de la fuga de hasta el 60 %. Los mejores son los de silicona, ya que son más duraderos que los de caucho.
- Cambiarlas por otro material: Las casas antiguas son muy susceptibles de incluir materiales obsoletos, por lo que minimizar su conductividad térmica es urgente. El aluminio y la madera son los más empleados en la construcción contemporánea.
- Reparar su marco y estructura: A veces, la solución más sencilla es la más efectiva. Atornillar bien las bisagras, corregir los cerramientos y sustituir las gomas son pasos fáciles para reducir la dispersión del calor.
En conclusión, ahora que sabes cómo mejorar la eficiencia energética en las puertas, una casa fría puede transformarse en un hogar cálido si se atiende a la eficiencia energética del espacio. Las puertas son uno de los puntos críticos de dispersión del calor, así que mantenerlas en buen estado y actualizadas en cuanto a materiales resulta imprescindible. Con estas técnicas pueden ahorrarse hasta 400 euros anuales en gasto energético. Nada mal, ¿no?