El cambio climático es un hecho probado. Según numerosos estudios, los edificios consumen actualmente el 30 % de la energía mundial y, además, generan el 28 % de las emisiones de carbono. Esta circunstancia hace necesaria una reducción del consumo para lograr un ahorro energético para el correcto mantenimiento del planeta. Una de las formas más efectivas de lograrlo es modificar la estructura de los edificios proporcionándoles un correcto aislamiento térmico en Valencia.
Lana de roca como aislamiento térmico
Uno de los materiales más efectivos para conseguir un buen aislamiento y, por lo tanto, un ahorro energético, es la lana de roca. Este material se usa como revestimiento de edificios y consigue reducir el consumo de energía hasta un 70 %.
La lana de roca es un recurso natural, muy abundante y que brinda muchas ventajas para la protección de nuestras viviendas. Una de sus ventajas es el aislamiento térmico. Si usamos este material, podemos mantener una temperatura óptima tanto en verano como en invierno. De esta manera, no necesitaremos encender la calefacción o la climatización; conseguiremos un ahorro energético.
Se estima que, con la rehabilitación de edificios utilizando el aislamiento de lana de roca, se puede contribuir al ahorro de alrededor de 660 millones de toneladas de carbono en Europa. Esto reduciría, en gran parte, las emisiones de carbono anules y contribuiría a frenar el cambio climático.
Entre los numerosos beneficios que ofrece este material, tenemos el control de los niveles y problemas de humedad, la protección de la calidad del aire y el control de la aparición de hongos dentro de la vivienda. Los hongos están particularmente presentes en las viviendas que se encuentran cerca de las zonas con mar, como la zona de Valencia.
Además de todo lo mencionado, la lana de roca protege contra el fuego, ya que puede llegar a soportar temperaturas de hasta 1000 °C o más. Además, proporciona aislamiento acústico porque absorbe los sonidos y ofrece un rendimiento más duradero.
Aislamientos térmicos con celulosa
Las personas pasamos la inmensa mayoría del tiempo en nuestras viviendas o en el trabajo. Por ello, es importante que ambas estén correctamente acondicionadas y preparadas para proteger tanto del frío como del calor. La rehabilitación energética de los edificios puede mejorar nuestra calidad de vida y evitar el derroche de energía. De hecho, una oficina bien aislada favorecerá el confort de los trabajadores permitiéndoles rendir más en el trabajo.
Otro de los materiales estrella para conseguir los mejores aislamientos térmicos es la celulosa. De la misma forma que la lana de roca, la celulosa insuflada nos protege tanto del frío en invierno como del calor asfixiante en verano.
El correcto aislamiento de una vivienda mediante cualquiera de estos materiales es una de las fórmulas contrastadas y más efectivas para atenuar la propagación de las temperaturas en el interior de la casa. La temperatura indeseada provoca que abusemos de los recursos energéticos y, por ello, es imprescindible evitarla.
En una vivienda que no cuente con un correcto aislamiento, se producirá un sobreesfuerzo de los sistemas de calefacción y climatización que se traducirá en un mayor consumo. Con un revestimiento de celulosa insuflada, se evitará esta circunstancia. Debemos tener en cuenta lo siguiente: cuando en un sistema aislado existe algún material conductor o un paso físico de aire, estos se denominan puentes térmicos y provocan la fuga de la temperatura interna de la vivienda.
El mayor beneficio de la celulosa insuflada es que puede llegar a todos los rincones y evita, precisamente, que quede algún resquicio por donde la temperatura pueda escaparse.
Ahorra en la factura de la luz
Se estima que, en la economía de una familia normal, se puede llegar hasta los 400 euros de ahorro anuales en la factura de la luz mediante el aislamiento térmico. Además, el aislamiento constituye un avance en materia de ecología, absolutamente imprescindible. En cuanto a su precio, tanto la lana de roca como la celulosa son materiales con una excelente relación calidad-precio. Ambos materiales aportan beneficios tanto a nivel económico como de confort en el hogar. Estos factores hacen que merezca la pena plantearnos reformar nuestra vivienda para hacerla más eficiente y mejorar su ahorro energético.
Si tenemos en cuenta que zonas como Valencia soportan climas de humedad y altas temperaturas durante los meses de mayo a septiembre, parece claro que instalar un aislamiento en los edificios de Valencia puede contribuir a mejorar significativamente las sensaciones térmicas de las personas. De hecho, estos sistemas también contribuyen a reducir la humedad en el interior de las viviendas, algo esencial durante los meses de verano.
Cuida del planeta
Cuando hablamos de ahorro energético no sólo hablamos de reducir el coste de nuestra factura, si no de cuidar el planeta en el que vivimos. Reducir el consumo energético nos permite combatir las emisiones de CO2 a la atmosfera y, por tanto, evitar el calentamiento global. Si todas las viviendas reducen su consumo energético podremos evitar parte del deterioro del planeta.