Aunque muchas veces se nos olvide, las zonas comunes, como los portales de los edificios, son susceptibles de ser aisladas de la misma manera que las viviendas o las fachadas. Gracias a ello, podemos obtener diversos beneficios que afectan al conjunto del inmueble. Este tipo de obras deben tratarse en la junta de propietarios para recabar las autorizaciones pertinentes para afrontarlas. Esto implica que corren al cargo de los fondos de la comunidad, pudiendo conllevar una derrama para sufragarlos. Por eso, a lo largo de este artículo, queremos entrar en detalles sobre el aislamiento térmico para portales y zonas comunes.
Los beneficios del aislamiento de los portales y zonas comunes
Este tipo de actuaciones ofrecen varios beneficios que van más allá de los clásicos que se centran en el ahorro de energía o el cuidado del medio ambiente. Apostar por este tipo de proyectos permite a la comunidad disfrutar de ciertas ventajas que desarrollamos a continuación.
Menor contraste de temperatura
Estas zonas no suelen disponer de sistemas de climatización, lo que se traduce en que están expuestas a la temperatura ambiental. Aislar estos espacios supone estabilizar la temperatura, reduciendo los contrastes entre las diferentes estancias. Así, cuando accedemos desde nuestras viviendas no sentimos un cambio brusco e impedimos la transferencia de calor o frío del interior del hogar al espacio común.
Se añade una reforma estética
La falta de aislamiento de estos espacios es más común en los edificios antiguos. Afrontar esta obra puede propiciar la renovación y adecuación de los espacios, tanto a nivel estético como funcional. Se pueden eliminar escaleras, cambiar colores o incluir elementos como ascensores. Esta modernización de los espacios puede ser bien recibida por la comunidad, al tiempo que se disfruta de las ventajas tradicionales.
Menor inversión de tiempo y dinero
Poner en práctica un aislamiento térmico en un inmueble puede resultar una operación muy costosa. Afrontarlo por fases supone un fraccionamiento de este desembolso. Comenzar por las zonas comunes es la opción de menor calado, tanto en cuanto a tiempo como de coste de la obra. Puede ser el primer paso para empezar a disfrutar de todas las ventajas de mejora del aislamiento térmico del edificio.
Obras fuera de la vivienda
Este tipo de obras, al llevarse a cabo en portales y zonas comunes se llevan a cabo fuera de la vivienda, lo que supone librarse de parte de los inconvenientes inherentes a este tipo de intervenciones. No es necesario que abandonemos el edificio o que debamos combatir el polvo y los escombros. Todo ello si el trabajo lo realiza una empresa seria y responsable que comprenda las necesidades de los residentes. Además, no es requerida la instalación de grandes estructuras como, por ejemplo, andamios.
No se pierden metros útiles
Algunos de los procesos que se pueden llevar a cabo para acometer el aislamiento térmico implican ocupar metros útiles. Al realizar un buen aislamiento térmico sobre las zonas comunes, no se pierden metros en el interior de la vivienda, pero sí se adquieren las propiedades de este proceso. Esta es una de las razones para aislar los pasillos interiores de las edificaciones de la misma manera que los espacios que cuentan con una pared exterior.
Reduce el mantenimiento
Mejorar las zonas comunes posibilita reducir las necesidades de mantenimiento de las mismas. Estas actuaciones favorecen acabar con las humedades o la condensación que pueden dañar los materiales y exigir una reforma periódica. Si cualquiera de estos inconvenientes se extendiese, podría acabar afectando al conjunto del edificio. También a las viviendas particulares.
Para acometer estas intervenciones en los edificios se pueden emplear diferentes técnicas y materiales. Para implementarlas con las máximas garantías conviene contar con una empresa especializada como Provaiser. Las zonas comunes y, en especial, los portales reclaman trabajos de aislamiento para disfrutar de todas las ventajas que nos ofrecen, y, para ello, lo recomendable es confiar en los expertos.
